
Armèlle entre bambalinas…
¿Conoces esta sensación de no saber que elegir a la hora de abrir tu armario por la mañana? Un guardarropa que aunque repleto de ropa no consigue responder a la primera pregunta del día: «¿Qué me voy a poner hoy? ¿De qué color, pantalón o falda, qué combino?” Y luego está el reloj, haciendo tictac sin piedad, recordándote que llegas tarde otra vez. Otro de esos momentos en los que las ideas creativas tienen que dar paso a una variante probada. No es necesariamente malo, pero tampoco el estilo elegante y sofisticado que haga que el comienzo del día sea mucho más animado. Pero para eso también hay una solución bastante sencilla: ¡los guantes!
Los guantes sin dedos son mi garantía de estilo.
No los de invierno, por supuesto, sino los que hacen que mi corazón lata más rápido cada mañana. Porque antes de salir corriendo por la puerta, como de costumbre, me dirijo a mi cofre del tesoro personal. Una caja preciosa, por supuesto, brillante y tentadora. En ella guardo mi colección privada de guantes. Guantes finos de piel suave. Con accesorios plateados y dorados. Y, por supuesto, todos son sin dedos y hay una razón especial para ello; los guantes son demasiado bonitos para desaparecer en el bolso. Son un adorno para mis manos. Elegir el par de guantes adecuado es realmente fácil; un color a juego con el atuendo y con mis pendientes (nunca pueden faltar). Sólo ponerse los guantes es pura emoción, uno de esos momentos que no se pueden describir, sólo sentir.
Hoy, por cierto, he elegido los verdes con la hebilla de perlas. Una vez más, tengo que admitir que me encantan las perlas en todas sus variantes posibles e imposibles.
¿Cuáles son sus guantes favoritos? Escríbenos
Un abrazo, Armèlle